martes, 23 de diciembre de 2014

ENTRE LA RUBIA Y LA MORENA

La publicación de hoy tiene un carácter especial porque son mis últimos días como habitante de esta fantástica ciudad y además porque aquí dejo parte de mi corazón: mi Mau, mis papas y a mis hermanas putativas (mi negra cuadriculada y mi mona fashionista), a ellas están dedicadas las siguientes líneas.




A mis princesas, hoy les escribo esta nota pública no solo para decirles cuanto las amo y cuanta falta me van a hacer sino porque también quiero exponer al mundo lo maravillosas e inmamables que son y que solo nosotras tres entendemos perfectamente lo que queremos decir o callar solo con mirarnos. Tenemos una oficina solo nuestra en donde siempre pedimos la misma comida (Vicky: camarones, La negra: generalmente algo con lomito y yo: ensalada.  Y por supuesto el postre, que para las 3 siempre es el mismo: waffle de arequipe con las 3 bolitas de helado de los sabores que nos gustan a cada una). Compartimos a la suegra de Vicky como nuestra segunda madre y su oficina es nuestro lugar de desahogo.  


MI QUERIDA NEGRA

Yo me acuerdo que le decía a mi mama cuando estábamos en kínder, “mami, ella porque es así como rara” y mi mama decía: “rara cómo???”; “si mami, como con la piel rara”, mi mama se moría de la risa explicándome que ella era de otro color. Yo era feliz contándole a todo el mundo que tenía una amiguita de chocolate pero que no me la podía comer. La negra, hija de Lourdes Manyoma que es tronco de personaje, una mujer que se hizo sola, sin marido, sin más hijos si no mi negra. Chocoanas las dos llegaron a Cartagena, (no sé cómo carajo vinieron a tener por acá, pero aquí llegaron), y a La Manyoma se le metió en la cabeza que su hijita tenía que estudiar en un colegio de niñas “bien”. Se les metió por los ojos a las monjas y jodio tanto por un cupo que nadie sabe cómo lo consiguió. Esa mujer ahorraba hasta el mínimo centavo para que su negrita siempre estuviera bien presentada, el colegio siempre al día, los uniformes perfectos y que no le faltara ningún cuaderno o libro. La negrita era la mejor vestida de todo el colegio. El mejor uniforme era el de ella, siempre estaba blanquito y reluciente, como hacia? Ni idea, pero mientras todas estábamos puercas y vueltas mierr, ella esta impecable. Provocaba ensuciarla de maldad. Sus cuadernos tenían los títulos en rojo y en lapicero azul el resto (ella es de las que guarda cuadernos, libros y de cuanta vaina, no tiene nada de raro que tenga cuadernos del colegio empastados guardados como un tesoro para mostrarle a sus hijos), en cambio yo, un solo cuaderno para todas las materias en donde anotaba solo lo que creía que se me iba a olvidar y la misma táctica la aplique en la universidad. Cuando me preguntaban siempre respondía: “vengo con mis conocimientos básicos claros”. En cambio la negra, recitaba la lección perfectamente. Ella no se permitía a si misma obtener bajas calificaciones y además de ninguna manera iba a ser objeto de señalamientos adicionales por su rendimiento escolar. Suficiente tenía con ser la única negra en un colegio de monjas de niñas blancas en el año 78.




Por alguna extraña razón me volví amiguita de ella, me imagino porque para la época en nuestro colegio era la única niña negra y además sufría de lo que hoy llaman bullying y yo no podía con eso. Yo era montadora e inmamable pero ay de la que se metiera con la negra!. Es cierto, a la negra se la montaron desde chiquita, cuando era la única negrita que estudiaba en el colegio y porque además era la hija de una mujer que se esforzaba muchísimo por sacarla adelante y no tenía ninguna influencia, ni apellidos, ni abolengos para tenerla en el colegio, salvo el excelente rendimiento escolar de la negrita y muchos besos que consolaran las lágrimas que le hacían derramar por tener un color de piel diferente a las demás. Mi negra se hizo como su mama, a pulso. Igual o mejor que la vieja Lourdes, es una mujer con una fortaleza como casi nadie que conozco, con un carácter más teso que el mío y con un corazón igual de pendejo. Cuando se enamora se entrega como ninguna y cuando le rompen el corazón se demora hasta 3 y 4 años en recuperarse. No cierra capítulos fácilmente y recuerda hasta el más mínimo detalle.


Mi negra es mi orgullo. Está presente en casi todas las fotos de mis fiestas de cumple desde hace 37 años y participo de manera directa o indirecta de mis matrimonios con sus respectivos divorcios, por eso ya sabe claramente que si me vuelvo a casar no va a ser madrina ni pal putas porque la que me ha salado la vaina es ella. Por ella arrastre, pegue, cachetee, insulte y hasta patee a más de una en el colegio con sus consecuentes suspensiones, y no me arrepiento. Caminaba desde entonces como ahora como una garza, desfilando. Como diosa de ébano se destacaba entre la multitud tanto por su color como por su presencia, carisma, buenos modales y excelente conversación. La negra se puede salir de sus casillas pero jamás con vulgaridades a diferencia de su servidora que de 10 palabras al menos 6 son … bueno, no estamos hablando de mí. Con mi negra he vivido los mejores y peores momentos de mi vida, siempre ha estado conmigo como fiel escudera y me insulta como nadie. Solo a ella le permito que me tire el teléfono y a ella es a la única que le aguanto sus ridiculeces al decirme “te chelo mucho” (sabe que odio que diga así). Hasta su cedula tiene un numero posterior al mío porque hicimos la fila juntas. Solo ella disfruta tener gripa, dice que es el único malestar y dolor general que se permite porque la deja en un estado de trance y pereza permanente. Es fuerte como un roble, no la veras botar lágrimas delante de nadie y cuando lo hace es porque realmente está afectada. Además detesta llorar, porque cuando lo hace le da sueño inmediatamente.


Amante del chocolate aunque sabe que le da migraña, ya que aduce que es el mejor remedio para los momentos difíciles. Cuando cumplimos 15 años, todas competíamos por tener la mejor fiesta, el mejor vestido, la mejor orquesta.. Y recuerdo que mis papas echaron la casa por la ventana haciéndome una fiesta en el Hilton y contrataron a Juan Carlos Coronel cuando aún cantaba con El Nene y sus traviesos. Era la época del patacón pisao, el copete de ALF y los vestidos de repollo. Las posibilidades de que mi negra tuviera una fiesta así eran CERO. Por lo que confieso que no sé de donde se me ocurrió dejar de lado mi vanidad y mi propio bienestar juvenil y le pedí a mi papa que con la plata que pensaba enviarme de viaje le hiciera una fiesta a la negra, con vestido y todo. Y que además fuera sorpresa. No tengo palabras para describir la cara de felicidad de mi negrita cuando vio todo aquello. Ese día es uno de los que nunca olvidare, porque nunca imagine cuanta felicidad traía el hacer feliz a las personas que amas. Ese día descubrí que jamás dejarías de ser mi amiga, que en definitiva eras también mi hermana.


Te adoro negra, estoy tan orgullosa de ti, así como cuando te acompañé a que te entregaran tu primer carro, o como cuando te sigues graduando de las universidades porque no te cansas de estudiar. Me alegras mis días con tus salidas de amargura y tus comentarios cínicos e irónicos; me choca que frenes en los semáforos y le pongas el freno de mano al carro por la flojera de pisar el pedal del freno; odio que seas tan psicorrigida y cuadriculada y que tengas esas patas tan flacas a pesar de tener ese jopo tan grande. Lo que más odio es tener que dejarte, porque no voy a poder verte tan seguido como quisiera, pero lo que más amo de ti es que así tuvieras que cruzar 7 mares ahí estarás cuando yo te necesite.

MI HERMOSA VICKY
Lagrima fresca. Lentejualada. Como alguien tan fashion es capaz de hacer mezclas tan lobas de brillo intenso en los días más soleados y jamás verse mal. Nunca entendí como una niña tan blanca y tan mona tuviera ese pelo tan canalla. Intentaba hacerse un copete pero lo que realmente tenia era un nido. Se ponía tooooodas las cadenas, pulseras, aretes y demás chucherías que tuviera en la casa, a pesar de que sabía que tenía que quitarse todo para poder entrar al colegio. Amante de las candongas de oro (mientras más grandes mejor) y el angel face. Desde muy chiquita pinto lo que iba a ser. Ganaba plata haciendo las planchas de dibujo técnico y cuando necesitaba hacer carteleras ella era a quien recurría. Corríamos juntas desde muy chiquitas a hacer la fila del recreo y fue con ella que aprendí que el pan de queso sabe mejor con las papitas de pollo, tostacos, o maicitos triturados por dentro del pan; que el mejor postre es una wafer jet y que las empanadas cuadradas rellenas de papa y carne son mejores cuando el bordecito esta mas crocante. Teníamos colección de fichos (de los que nos daban para que no partiéramos las botellas) y nos encargábamos de recoger botellas que dejaran mal parqueadas para tener más fichos de colores.


Mi Vicky de los dedos torcidos, uñas sangrantes y comidas hasta la mitad, la sonrisa más linda y dulce que jamás he visto, con la capacidad de llorar más rápido que yo y con una gratitud hacia todo lo que le sucede en la vida. Ella es un angel. Nos embarazamos de nuestras hijas al mismo tiempo y cuando Sofía murió fue violeta quien heredo todas sus cosas y me muero cuando me sonríe porque siento que es Sofí quien lo hace.


Vicky vivía en el centro histórico cerca al colegio y yo nunca entendía cuál era el rollo de su casa en donde había tanta gente mayor y que su hermana no era su hermana pero si era su hermana. Eso lo entendí con los años. Mimada por todo el mundo, envidiada por la mayoría. Vicky no camina, ella levita. Pero no porque sea creída, sino porque vive en su propio mundo en el que solo existe su familia y sus amigos. A ella no le importa lo que piense la gente, ni el que dirán, ni mucho menos vive de apariencias. Ella se acepta tal y como es y se muere por el loco del marido y por sus hijos a los cuales llama “retoñitos” y aunque amo profundamente a los 3, el Chichi es el dueño de mi corazón. Súper consentidora y maternal. Capaz de ponerse en el papel que le corresponde en menos de 10 segundos. Incapaz de insultar a la gente. Pocas veces la he visto salirse de sus casillas aunque tiene un genio de miedo. Con ella compartimos estas migrañas tan canallas que solo a nosotras nos dan y ella es quien me mantiene al día con las nuevas recetas para atacarlas. Amante de la nueva era, de lo espiritual, de buscarle siempre un sentido a nuestra existencia, solo a ella se le ve lindo el blanco y los colores claros aun teniendo ese tono verde pálido estilo rana platanera.


Gracias a Dios ya se desconectó, porque cada hijo nuevo es una aventura y porque no podríamos soportar un embarazo más! Se pone inmamable cuando está embarazada. Hormonal como nadie y visceral como pocas. Mi Vicky es muy pulcra, es vanguardista con la moda. Si tuviera toda la plata del mundo viviría de paseo, asoleándose y estrenando a diario. Tiene pinta de modelo de catálogo y siempre sabe secretos para que el cabello te crezca más rápido, cuales cremas usar y te manda siempre a que te pongas “sueritos revitalizantes” y hagas yoga. Su estilo es hippie chic y aunque no lo acepte, sueña con casarse en la playa con un vestido largo y descalza y que además sea un guía espiritual quien bendiga su unión, (con todo y rituales de fuego, agua, aire y lo que se les ocurra). Le encanta mezclar lo vintage con lo actual sin que se vea recargado y con un gusto exquisito. Su familia está por encima de todo y yo tengo el privilegio de hacer parte de la suya. Sus hijos son también mis hijos, su suegra es mi segunda madre y su marido.. bueno, su marido si no lo quiero ni regalado. Me mama gallo con mis propios dichos y me dice con su tono de burla cuando ve algo que también le gusta “De mi entero gustoooo”.


No sé qué voy a hacer, ni cómo voy a hacer sin ustedes, este amor que siento es solo comparable con el que siento por mi hermana de sangre y como no, si a ustedes las conozco antes que a ella.

Como canta Alberto Cortez,

“a mis amigas les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con todas la factura
que nos presenta la vida, paso a paso;

A mis amigas les adeudo la paciencia
de tolerarme las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas.

A mis amigas les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías;

A mis amigas legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
mi pobre alma incorregible de cigarra.

Un barco frágil de papel, parece a veces la amistad
pero jamás puede con él la más violenta tempestad,
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón por capitán y timonel: un corazón

Amiga mía si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los amigos en el alma”.

Las amo infinitamente.


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